Es una historia bonita sobre algo muy habitual en nuestra sociedad: los niños tienen de todo y no se valora nada.
Crispín es uno de muchos, tenía de todo, y cada Navidad recibía aún más regalos, pero no valora demasiado lo que tiene. Hasta que un día aprende a jugar con una caja con sus amigos y, desde ese momento, descubre que es más importante tener amigos con los que jugar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario